
Es pequeño, plateado y tímido.
A su vez alegre, poniendo notas tintineantes a cada momento.
atado de un pequeño cordel, escapado de algún zapato.
Colgando suavemente de mi cuello.
Ligero, apenas apreciable.
Preocupado en recordarme una y otra vez su historia.
Un viaje a la Luna, o la vuelta a aquel rincón.
Pero aún así olvidé su significado y su valor.
Y decidí descolgarlo.
A su vez alegre, poniendo notas tintineantes a cada momento.
atado de un pequeño cordel, escapado de algún zapato.
Colgando suavemente de mi cuello.
Ligero, apenas apreciable.
Preocupado en recordarme una y otra vez su historia.
Un viaje a la Luna, o la vuelta a aquel rincón.
Pero aún así olvidé su significado y su valor.
Y decidí descolgarlo.
Y hoy dejo que vuelva a su olvidado ya cuello. Y se acomodé a la forma que acogió aquel día.
en el que una tímida voz, me susurró Luna lunera.
Confundido por un lapsus de tiempo.
ese parentesís en el que de vez en cuando nos sumergimos.
En el que no ha habido ninguna separación y todo continua hacía ese fin.
Cómo una goma elástica que rompa los parentesís.
Que sea el resultado de una vida sensible separados, cada uno captando ese aprendizaje de la vida. Que por medio de juegos nos haga encontrarnos.
En una calle transitada o en medio del Circulo Polar.
O en ese país, mirando a un imponente horizonte.
Tapada por tus brazos.
Los susurros ya no serán susurros,
y tú mirada no será controlada.
Libre y azul.
Mezclándo tu mirada atlántica, con mi natural Pacífico.
Sumergidos en un cuento, marcado por un cascabel que se aferró a una garganta.
en el que una tímida voz, me susurró Luna lunera.
Confundido por un lapsus de tiempo.
ese parentesís en el que de vez en cuando nos sumergimos.
En el que no ha habido ninguna separación y todo continua hacía ese fin.
Cómo una goma elástica que rompa los parentesís.
Que sea el resultado de una vida sensible separados, cada uno captando ese aprendizaje de la vida. Que por medio de juegos nos haga encontrarnos.
En una calle transitada o en medio del Circulo Polar.
O en ese país, mirando a un imponente horizonte.
Tapada por tus brazos.
Los susurros ya no serán susurros,
y tú mirada no será controlada.
Libre y azul.
Mezclándo tu mirada atlántica, con mi natural Pacífico.
Sumergidos en un cuento, marcado por un cascabel que se aferró a una garganta.
3 comentarios:
El pacifico es sinonimo de paz, el atlantico de guerrero, quizas lo que haga falta son guerreros por la paz y el amor, como un cuento de Mario Benedetti.
Un Saludo.
volviste, q bueno! el mio se calló y deje de dar las campanadas desde mi tobillo, recuerdos de verano, recuerdos del sur...
Un beso!y ole por tu cascabel!
GUAUUUU!!!!!!
=D
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